Semana 10 de 13. Que me quede como estoy.

desArreglo ranúnculos

¡Buenos días!

Hoy os escribo desde la paz de mi jardín. El día es claro, las niñas juegan a jardineras quitando malas hierbas y hojas secas, y yo os escribo sin apartar la vista de ellas por si acaso me hacen un destrozo.

Los pájaros no paran de cantar y me recuerdan que hace tiempo que tengo pendiente buscar información sobre ellos para saber distinguir los que habitan donde yo vivo y así poder identificarlos por su trino.

Los jacintos se han abierto en el nivel inferior de mi jardinera escalonada y cada cierto tiempo me viene un torbellino de su aroma. Como estoy distraída escribiendo y vigilando a las niñas “manostijeras” el aroma me sorprende en cada ráfaga y me saca una sonrisa, como si fuera Dory con su memoria de pez y de repente me acordara de que los jacintos ya han florecido.

El próximo viernes es mi cumpleaños y lejos de estar preocupada porque mis 40 se acabaron y empiezan los 41, este año estoy feliz y en paz con mi vida. Los últimos acontecimientos europeos, la repentina guerra que tan lejos nos parece pero que tan cerca tenemos, me recuerdan lo afortunados que somos y lo diminutas que son nuestras preocupaciones.

Por ejemplo el año pasado por estas fechas me preocupaba la crisis de los 40, me aterrorizaba que cambiar de década fuese la hecatombe y que de repente mi vida como la conocía terminara. Me obsesioné un poco con la salud y con cuidarme. Empecé a correr y a nadar, a ir a médicos a mirármelo todo, y a hacerme tratamientos en la cara y en el pelo.

Esta repentina obsesión por cuidarme reconozco que es una de las mejores cosas que me han traído los 40 porque ahora me siento mucho mejor. Me veo más guapa y estoy más tranquila porque se que todo está bien y que no voy a morir repentinamente por un ataque al corazón derivado de una vida sedentaria y una mala alimentación. Si muero repentinamente que sea por otra cosa que yo no puedo controlar, pero no por malos hábitos.

A nivel personal y profesional, al menos este primer año de la década de los 40, ha sido muy bueno. Puedo afirmar que estoy viviendo uno de los mejores momentos de mi vida.

Tengo cierta estabilidad laboral, aunque para un emprendedor esto de la estabilidad suena a chino porque todos los días son una incertidumbre. Pero la experiencia de años previos me da una cierta sensación de seguridad, unos mínimos que se que a las malas se cumplirán, y eso es lo más parecido a aprobar unas oposiciones a funcionario del estado.

A nivel personal he alcanzado un equilibrio y una paz entre lo que esperaba y lo que finalmente ha sido, con mi pareja y con mis hijas. He aprendido a no esperar que mañana sea todo mejor y disfrutar el hoy.

La edad de mis hijas ahora mismo es tan bonita (6 y 8 años), libre de las preocupaciones de la adolescencia y de la dependencia y las rabietas de la primera infancia, que me quedaría en este momento para siempre si pudiera parar el tiempo. Sé que no será siempre así porque algo de preadolescencia se empieza a intuir ya, y sé que los reproches llegarán, y por eso valoro mucho más este momento.

Tengo a toda mi familia con salud y ese es un gran regalo. Tengo tantos amigos que me faltan fines de semana para hacer más planes con ellos. 

Tengo al mejor compañero de vida a mi lado, mi mejor amigo (que ya lo era antes de ser mi novio y lo sigue siendo ahora al ser mi marido), mi pareja de padel, mi compañero de aventuras, el padre de mis hijas, mi socio y la persona con la que quiero envejecer cuidando rosales ingleses cuando nuestras hijas se vayan de casa y pueda convertir mi jardín en una selva de rosales. 

Solo puedo estar agradecida ahora mismo por este año y por poder cumplir otro más en compañía de todas las personas a las que quiero. 

Cuando este viernes pida un deseo al soplar las velas, solo pediré que nada cambie y que todo siga como siempre. No necesito que vaya mejor, solo quedarme tal y como estoy.

Happy birthday, my dear.

Esta semana han vuelto los ramos de ranúnculos. Aun no son nuestros, los de nuestra granja suelen empezar en abril. Los que tenemos ahora son cultivados en el Maresme, muy cerquita de casa y nos los traen recién cortados.

Puedes pedir ya los tuyos, aunque verás que estos solo los enviaremos martes y jueves. Al poner la fecha de entrega solo te da opción de recibirlos miércoles o viernes. Estamos deseando que la tienda vuelva a llenarse de estas bellezas.

Esta semana ha sido la de volver al punto en el que nos quedamos en marzo de 2020. Es como si de repente despertáramos todos de un largo letargo invernal y poco a poco quisiéramos ir recuperando el ritmo. Si todos los presupuestos que hemos enviado esta semana y todas las propuestas que nos han hecho se materializan, vamos a tener una primavera de lo más entretenida.

Cuando todo se paró de golpe por el covid hace dos años, nosotros estábamos en un momento muy dulce y muy ocupado también. Aquella misma semana del 14 de marzo nos íbamos a Madrid a iniciar una gira por varios centros comerciales de España y Portugal, que nos hubiera dado mucha visibilidad. Como nuestro libro estaba a punto de salir, habría sido la gira perfecta para presentarlo y firmarlo a nuestros seguidores. Teníamos todos los fines de semana ocupados, que era más de lo que nos gustaría, pero eran cosas a las que no podíamos decir que no. Y además la tienda online iba viento en popa y estábamos a punto de sacar la nueva web.

Y de repente todo paró: eventos, pedidos y talleres. Por suerte la parte de pedidos se recuperó y en el fondo no fue tan mal. Nos quedamos sin eventos ni talleres presenciales pero a cambio se multiplicaron las ventas de la tienda online y todo quedó compensado, como si de la teoría de vasos comunicantes se tratara.

Y ahora, dos años después, otra vez empezamos marzo y todo parece que vuelve, pero a mí ya no me apetece que todo vuelva al mismo ritmo en el que lo dejamos. Aun así sigue habiendo algunas cosas a las que no podemos decir que no porque además es que nos apetecen mucho. Pero está claro que el ritmo bajará, porque el de la tienda ha subido y todo no puede ser.

Esta semana estoy muy feliz porque vuelven nuestros guantes preciosos, que estuvieron perdidos por cortesía de nuestra empresa de correos nacional. Los guantes vinieron de EEUU después de pagar un dineral en aduanas, no nos los entregaron alegando “dirección desconocida” (recibimos a diario montones de paquetes y nunca nadie nos había dado por desconocidos, en fin…). Volvieron a EEUU y ahora que nuestro proveedor los ha recibido de vuelta, nos los vuelve a mandar con una empresa más seria, aunque tendremos que pagar otro riñón de aduanas. Pero como me consta que estáis deseando comprar los guantes viajeros, y que no hay otros tan bonitos en ninguna parte de este continente, estoy tranquila porque se que tanto esfuerzo, dolor de cabeza e inversión valdrá la pena. Os aviso en cuanto me lleguen, que espero que sea esta semana y os adelanto que vendrán con alguna novedad más de la misma colección que espero que os guste tanto como a mí. 

En realidad me encantaría poder contaros todas las novedades que ha habido esta semana, que han sido muchas, pero todo son cosas que no puedo contar hasta que llegue el momento y me lo autoricen. Pero estoy realmente feliz con todo lo que viene.

Y con esto terminamos con la semana 10 de invierno.

Un abrazo y hasta la próxima semana.

Sed muy felices.

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