Hola y bienvenidos una semana más,

Esta semana reflexionamos por undécima vez este otoño. Ya solo nos quedan otras dos semanas y terminamos esta primera serie de emails de reflexiones otoñales, pero no sufras que esto no se acaba, después vendrán las reflexiones de invierno.

Estos días estoy muy obsesionada con el libro “Inés del alma mía” que os contaba en la última reflexión que me hacía dormir. Y me encanta dormirme con sus palabras en mi cabeza, creo que estoy durmiendo mejor que nunca desde que lo leo. He cambiado mirar instagram a última hora del día por leer a Isabel Allende y lo estoy disfrutando como cuando era adolescente. Su tipo de escritura, tan exagerada y a la vez inocente, a mí me gusta tanto que me explota la cabeza y a la vez me relaja. Frases como:

“Se escondían en los bosques, en los cerros, bajo la tierra y en las mismísimas nubes” refiriéndose a los indios mapuches, me sacan una sonrisa cuando me los imagino literalmente escondidos en todos esos sitios, nubes incluidas.

Otra frase que he subrayado estos días de lectura, es la siguiente:

“Hice semilleros para plantar en la primavera, […], trigo, vegetales, frutos y hasta flores, porque no se podía vivir sin flores, eran el único lujo de nuestra ruda existencia”.


No me habría sorprendido si no fuera porque el libro está ambientado en el año 1541. Ya entonces las flores se consideraban un lujo imprescindible sin el que no se podía vivir. 

Justamente ayer estuvimos hablando en Radio Marca tras haber participado en el evento Madeinfluencer que organizó Renfe y SCNF. Para despedirme conté lo que siempre digo, que tener flores en casa nos hace más felices, y que nos transmiten su energía positiva. Parece una obviedad y yo lo he dicho tantos cientos de miles de veces, que no puedo evitar cada vez que lo repito, decirlo con la boca pequeña por miedo a hacerme pesada. Pero está claro que siempre hay quien lo escucha por primera vez y se queda sorprendido por esta afirmación, hasta el punto de querer comprobarlo. Después de esta participación en la radio nos han llegado nuevos seguidores que nos escriben contándonos que les ha enganchado que dijéramos que las flores nos hacen más felices. Así que no me cansaré de repetirlo, y con la boca grande.

Si ya lo decía Inés Suarez en 1541 en la otra punta del mundo, y esta afirmación sigue vigente, es que está por encima de ti y de mí, y perdurará en el universo cuando nosotros ya no estemos, no importa los siglos que pasen ni el punto cardinal del planeta en el que nos encontremos.