¡Feliz domingo una semana más!

Hoy ha sido el día de los propósitos fallidos. Siempre que tengo un domingo sin planes fuera de casa estoy feliz porque pienso que voy a poder hacer mil millones de cosas en casa que no tengo tiempo de hacer durante la semana. Hoy el plan era muy poco ambicioso, solo quería salir a correr, replantar los bulbos en mi jardín, poner una lavadora y escribir este newsletter a primera hora para poder tener la tarde libre.

El día ha empezado bien, además las niñas estaban fuera toda la mañana en un cumpleaños y podría hacerlo todo antes de que volvieran a comer. Pero la realidad ha sido otra. He salido a tender la ropa al jardín y resulta que hoy ha sido uno de los días más fríos del año, pero es que además de frío, hacía viento, así que he tendido la ropa corriendo y he entrado en casa. He pensado que podría leer y relajarme un poco hasta que fueran las 12 o así, que entonces igual haría más calor fuera y podría salir a plantar. Pero se estaba tan bien en el sofá y he dormido tan poco esta noche, que me he quedado completamente dormida en aproximadamente 10 minutos.

Tengo excusa y es que anoche vimos una película en mi cama las niñas y yo y se me quedaron dormidas, así que las dejamos dormir conmigo. Pero se han pasado toda la noche haciendo kickboxing en sueños, usándome como sparring y despertándome cada media hora. Yo no me suelo dormir nunca de día, pero hoy, entre el sueño, el sofá, la manta, y el libro que me estoy leyendo (Inés del alma mía, de Isabel Allende) han tenido un super efecto somnífero en mí.

Cuando me he despertado ya era la hora de que volvieran las niñas y ni he escrito el newsletter, ni he plantado los bulbos ni he salido a correr y ni siquiera se me ha secado la ropa, que al final se ha quedado desperdigada por todo el jardín por el vendaval.

Si no fuera otoño y no se hiciera de noche tan pronto o si no hiciera tanto frío hoy, aun podría haber plantado los bulbos por la tarde, o haber salido a correr ahora, pero estamos en otoño amigos, y por estas cosas es por las que no me gustan nada estos días. Por suerte ya estamos en la semana 10 y solo nos quedan otros 3 domingos de otoño.

Es muy típico, lo de hacer muchos planes y después no poder cumplir ni la mitad.

A mí me encanta las listas, todos los días hago lista en mi agenda de cosas que tengo que hacer y voy tachando, pero con los años he aprendido a ser menos ambiciosa con estas listas y a proponerme menos cosas. Porque si cada día lo termino con un montón de pendientes, tengo la sensación de no haber hecho nada durante el día y de haber estado perdiendo el tiempo. Eso me hace sentir mal y hace que empiece el día siguiente con el pie torcido. He tenido cosas pendientes en mi lista durante semanas y cada vez que veía ese punto sin tachar me entraban todos los males.

Hace años leí una reflexión que me ayudó mucho a bajar mis expectativas diarias y a hacerlas más realistas. En lugar de revisar todas las noches la lista de cosas pendientes que no has terminado, haz una lista de todo lo que sí has hecho. Parece una tontería pero damos muchísima importancia a lo que no hemos hecho, y en cambio lo hecho, como ya está acabado, pasa sin pena ni gloria, sin reconocimiento, aunque a lo mejor nos ha costado muchísimo terminarlo. Termina todos los días valorando lo que has hecho, que seguro que son muchas cosas, y te prometo que te sientes con mucha más fuerza, que empiezas el día siguiente llena de energía. Te sientes poderosa. Y muchas veces es más importante sentirlo que serlo en realidad. 

Corramos un tupido velo sobre el día de hoy, que ha sido una muestra de que no todo se puede planificar y que a pesar de tener muy pocas ambiciones para hoy, no he conseguido terminar más que la de escribir este email. Pero hoy era domingo y anoche no dormí, así que no me pienso flagelar por no cumplir hoy con mis objetivos. En realidad escribir este email un domingo ya es todo un logro. Cualquier persona normal en su sano juicio (lo mío es que no puedo evitarlo) debería no hacer absolutamente nada laboral ni en sábado ni en domingo.

Yo en realidad todas las semanas me propongo escribir este email el viernes, que suele ser un día tranquilo en la tienda porque no enviamos pedidos, pero a día de hoy, semana 10 de 13, no lo he conseguido ni una sola vez. Siempre ha pasado algo el viernes que me ha llenado todo el tiempo y lo he dejado pendiente para el domingo.

Y esta es mi reflexión de la semana 10, de la que saco tres conclusiones: 

– Quizás tengo que aceptar que “Inés del alma mía” no lo voy a terminar por mucho que Isabel Allende fuera mi ídolo literario de la adolescencia.

– Tengo que acostumbrarme a escribir este email los viernes y tener fines de semana libres como la gente normal

– Es muy importante valorar el trabajo que sí hemos hecho y ser conscientes de que todo lleva su tiempo

Y me despido con una cosa que me ha hecho mucha gracia cuando he puesto el título a este email: “Listas ambiciosas”. Puedes leerlo tal y como yo lo he escrito, en el que “ambiciosas” es un adjetivo de las listas que hacemos. Pero también puedes leerlo y pensar que “Listas” se refiere a una persona que supuestamente es inteligente y “ambiciosas” su adjetivo. Ayer me pasó justo eso con la película que vimos con las niñas, y nos reímos mucho Emma y yo: “La Lista de Jessica Darling”. Toda la película va de una lista que le hace la hermana de Jessica a Jessica para sus primeros días en el instituto. Pero cuando teminó la peli, Emma lo leyó y no penso en “la lista” como un sustantivo sino como el adjetivo que definía a Jessica. Y la pobre no entendía nada. Me preguntaba que porque se llamaba así la pelí y yo no entendía porque ella no lo entendía hasta que me di cuenta. Cambia mucho leer “lista” como sustantivo a leerlo como adjetivo. Y justo al escribir el título de este email me he reído sola…