Una boda en el American Trade Hotel de Panamá

Este sábado tuve el privilegio de decorar una boda aquí en Panamá, en uno de los hoteles mas bonitos de por aquí, el American Trade Hotel, del Casco Viejo. Este hotel lo conocí porque salió en un post de uno de los blogs de decoración que sigo, Design Sponge y poco después, la revista Architectural Digest (AD Spain), lo incluyó en un listado de hoteles que quitan el sueño, así que cuando la novia me dijo que la boda iba a ser ahí casi me caigo al suelo de alegría.

 

Era una boda pequeñita, con 60 invitados, y se celebró en una sala anexa al hotel llamada Salón Viejo, un sitio muy especial como veréis en las imágenes, con carpintería roja, suelo de madera antigua en la sala principal y de mosaico en la zona de bar, y las paredes decapadas.

Sus paredes desgastadas parecen contar las miles de historias vividas ahí dentro. Los ventanales rojos y las cortinas de encaje hacen que sea un sitio como de cuento. El balcón y el patio interior también son preciosos pero diciembre en Panamá es época de muchas lluvias así que tuvimos que montarlo todo dentro, y no importó nada porque quedó bonito igual.

La ceremonia se celebró al final de la sala, mirando hacia los ventanales. Decoramos la mesa con una maleta llena de flores, botes de cristal decorados especialmente para esta boda y las iniciales de los novios hechas con flores (al fín puse en práctica yo misma lo que tanto os predico…).

   

Las sillas de los novios son antigüedades del hotel, y las decoramos con un corazón de flores y puntillas que me encanta coleccionar de diferentes partes del mundo, aunque estas en concreto venían de Barcelona.

La cortina de flecos rosada la teñí yo personalmente para conseguir el tono de rosa que quería, y la decoramos con rosas, aster y ruscus.

 

La celebración fue tipo aperitivo, con mesas altas a las que pusimos botellines de flores y una mesa alargada con los mismos botes.

Para las estaciones de comida utilizamos unos marcos que imitaban pizarras y botes personalizados.

 

Los novios tenían raices cubanas, venezolanas y panameñas, así que uno de los buffets fue la mesa «Venecubana», para la que decoramos botes con las banderas de los tres paises. La foto es de ántes de poner el mantel, después no caí en sacarle otra foto…

Para la mesa de dulces hice unas guirnaldas de papel pinocho que con las cortinas de ganchillo de fondo quedaban para morirse de bonitas.

La zona de bebidas quedaba en una sala aparte, por lo que opté por hacer una decoración un poco diferente, con botes dorados.

  

Para la mesa de firmas utilizamos otra mesa-joya preciosa, propiedad del hotel.


En ella pusimos una cámara instax amarilla para que los invitados se hicieran fotos en el photocall.

 

El libro de firmas para bodas de Mr. Wonderful nos vino de perlas porque ya tiene el espacio preparado en cada página para pegar las fotos de la instax, y  además el tamaño coincide bastante bien.

 

Las iniciales luminosas no podían faltar. También hechas a mano por servidora.

 

Pusimos unas bandejas con bolis y washi tape, para pegar las fotos en el libro de firmas, y otra bandeja con las divertidas «chapas con superpoderes» de Mr. Wondeful. También había un botecito con los típicos elementos de photocall (gafas, bigotes, etc) pero discretitos y con clase, el marco con las iniciales de los novios personalizadas y otro marquito con las instrucciones del photocall.

Además hicimos coronas de flores para «disfrazarse» en el photocall, pero también con clase, y además quedaban monísimas como decoración colgadas de la pared (invento de mi super-marido, que no se que habría hecho sin él). Los invitados ya disfrazados posaban en el photocall: una cortina de claveles fucsia, que con la cortina de ganchillo detrás quedaba espectacular. Esta mesa fue todo un éxito.

 

Espero que os haya gustado, aunque no lo parezca porque la boda era pequeña, he trabajado muchísimo durante tres meses preparándolo todo y sobretodo los dos días antes de la boda. Cuando me llegaron las flores fue una locura, me fallaron la mitad y tuve que cambiar de estrategia, luego me sobraron muchísimas así que menos mal que me fallaron la mitad… De todo se aprende y estoy encantada con el resultado y sobretodo, he disfrutado mucho durante todo el proceso. Hice mil pruebas, mil botes, mil iniciales y no paré hasta que quedó todo a mi gusto. Y tan contenta, ni nervios ni estrés en ningún momento. Ojalá todos los trabajos fueran así…

Y en este post os enseño el ramo y el prendido del novio, que también quedaron preciosos.

¡¡Besos de martes!! firma
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American Trade Hotel

Comentarios:

0 respuestas

  1. Me encanta todo todito Anna! Menuda artista!
    Te creo lo de los 3 meses que estuviste haciendo pruebas, la práctica hace al maestro y la próxima irá mas rápido, pero la verdad que ole por el trabajo que has hecho!
    Un beso

  2. Muchísimas gracias María, la verdad es que no hay nada como hacer las cosas sin prisa para poder ir cambiando todo lo que no te gusta, ya te digo que ojalá todos los trabajos fueran así…

  3. Mil gracias Rut!! Me encanta darles segundos usos a las cosas que en teoría ya no sirven, y mas desde que he descubierto la pintura en spray alucinarías con todo lo que se puede pintar!!