«Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres»
Albert Einstein.
Yo es pensar en la evolución y me viene a la cabeza un monstruo de dos cabezas que se lo come todo. Y eso que soy ingeniera. Y de caminos para mas detalle, que se supone que lo mío es la innovación y los avances. Pero el otro día oía en la radio que las abejas están desapareciendo pero que no pasa nada, que podemos estar tranquilos porque ya han inventado un dron que hará su función polinizadora. Y no puedo evitarlo. Ni ingeniera ni leches, siento vergüenza ajena de ciertos avances.
Hace muchos años, en mi último año de universidad, empecé a ir en coche, porque en transporte público tenía muy mala combinación. Vivo muy cerca de Barcelona, exactamente a 20 minutos en coche de la universidad, pero en horas puntas, el mismo trayecto me podía llevar entre una hora y una hora y media. Tenía una ruta alternativa para ahorrarme la caravana de la muerte, y consistía en cruzar la montaña, por una carretera de curvas. En invierno a la hora que pasaba era aun de noche y estaba todo helado. Pero prefería ese trayecto a estar parada entre tantos coches.
Hoy, mientras pensaba en las abejas y como hemos llegado a cargárnoslas, me ha venido a la cabeza ese recuerdo, y la reflexión que solía hacer por aquel entonces. La tecnología, la ingeniería, todo evoluciona para que tengamos mejores condiciones de vida. Por eso surgieron las autopistas, para poder llegar de un sitio a otro mas deprisa. Sin embargo somos tantos queriendo llegar mas deprisa que al final el efecto que se consigue en horas puntas, es totalmente el contrario, que se tarda mas. A mí me parecía irónico tardar mas en llegar a la universidad por la autopista, que en teoría es una vía rápida, que por la carretera de toda la vida llena de curvas que sube y baja un puerto de montaña. Y ya entonces, pensaba que la evolución que nosotros mismos buscamos y fomentamos como algo de lo que estar orgulloso, es en realidad un monstruo de dos cabezas, que nos ha hecho a todos motorizarnos, nos ha hecho autopistas mas rápidas, mas seguras, mas cómodas, y luego nos ha expulsado de ellas porque no cabemos todos. Y este monstruo se hace mas grande cada día y al final nos acabará comiendo.
Años después, hago la misma reflexión, pero esta vez con flores y abejas, porque me parece la misma película aunque con diferentes actores.
La tecnología agraria evoluciona a ritmos vertiginosos, hasta tal punto que la industria floral está preparada para crear cualquier flor en cualquier lugar del mundo en cualquier momento. Y eso lo veo todos los días en mi mundo. En mi granja de flores apenas hay cuatro flores, y en cambio voy al mercado ahora mismo y puedo encontrar casi de todo. Todas las fotos que ilustran este post son de ayer, 21 de febrero, en mi granja de flores. Las únicas que hay son las anémonas, cuatro en concreto, el resto como veis están muy pequeñas, esperando a que acabe el invierno para florecer.
¿Alguna vez os habéis preguntado de dónde vienen las flores?
Pues bien, para que todas las floristerías del primer mundo tengan flores frescas todos los días tiene que haber alguien que cultive esas flores a gran escala. Y es por eso que la tecnología tiene que avanzar y encontrar nuevos métodos mas productivos. Sin importar el precio que se pague por ello.
La filosofía de la agricultura a gran escala (de flores, tomates o de lo que sea), es la de prevenir mejor que curar, por lo que aunque las plantas estén completamente sanas, se rocían con pesticidas, por si acaso. No se esperan a que venga la plaga de pulgón y les destroce la cosecha. A estos grandes productores les importa mas bien poco la vida de las abejas o de las mariquitas y menos aun la calidad del agua del subsuelo de las zonas en las que cultivan sus flores. De hecho, estas grandes empresas producen flores en países con leyes medioambientales casi inexistentes, de manera que pueden utilizar pesticidas que en países civilizados están prohibidos. Además, en estos países, la mano de obra es casi gratis así que la jugada les sale redonda.
Muchas de las flores que compramos, vienen en avión de países como Colombia, Ecuador, Kenia y Zimbaue. Antes de partir, se sumergen en grandes barreños de pesticida, aunque estén sanas. Si el funcionario de aduanas del país de destino encuentra una sola flor con signos de enfermedad, echará para atrás todo el envío, por lo que no se pueden arriesgar, y una vez mas, pesticida para todos. Y pensar que lo primero que hacemos al recibir flores es llevárnoslas a la nariz para ver como huelen…
Que yo plante mis cuatro flores de manera respetuosa con el medio ambiente no cambiará nada. Hectáreas y hectáreas de cultivo de flores a gran escala sí que hacen la diferencia. Todos esos pesticidas, muchas veces utilizados innecesariamente, afectan al balance global de insectos y a la calidad de las aguas del subsuelo. Las abejas se están muriendo, y uno de los motivos es el uso de pesticidas. Y eso da miedo. Tanto miedo como un monstruo de dos cabezas.
Insisto, mis flores no ayudarán apenas a cambiar esta situación, pero por lo menos no la agravará mas. Y si hay mas personas que como yo se animan a plantar sus propias flores, puede que en unos años (muchos) el panorama cambie. En los últimos días me han escrito varias personas que se han animado a empezar a cultivar flores para utilizar en floristería, así que a lo mejor dentro de poco puedo escribir otro post contándoos todas las floristerías en las que podéis conseguir flores cultivadas de manera respetuosa con el medio ambiente. Nada me haría mas feliz que eso.
Aquí siempre vamos con unos cuantos años de retraso, pero en Estados Unidos o Gran Bretaña, ya hace muchos años que se está tomando conciencia de esta problemática y existe una red muy grande de granjas de flores respetuosas con el medio ambiente. En la boda del Príncipe William y Kate Middelton solamente se utilizaron flores de temporada, cultivadas orgánicamente y únicamente procedentes de Gran Bretaña.
En otros países existen distintivos para las flores de procedencia ecológica, de manera que cuando vas a comprar flores puedes elegir dónde dejar tu dinero, hacia que lado aportas tu tu granito de arena.
Si os interesa este tema de la producción de flores y los grandes lobbis florales, os recomiendo el libro «Flower Confidential» de Amy Stewart. Es una lectura muy interesante y no es aplicable sólo a las flores, creo que todo el mundo en general funciona así, los alimentos, la ropa, etc, todo está en manos de cuatro grandes empresas y son las que lo controlan todo.
Y que queréis que os diga, en mas de un año que llevo cultivando mis propias flores, apenas he utilizado cuatro o cinco veces mi insecticida ecológico. Si es por mí, o por otros como yo, los fabricantes de pesticidas tendrían que cerrar todos en poco tiempo. Mi granja de flores está llena de mariquitas y mariposas, como hacía años que no veía, y además este primer año he tenido unas flores preciosas y sanísimas en cantidades ingentes. Las cosas se pueden hacer de otra manera y os prometo que no es nada difícil. Rentable ya os lo diré cuando acabe la temporada.
Y el post de hoy no es para convenceros de nada, simplemente es un desahogo, una pequeña pataleta contra un monstruo de dos cabezas imparable. Pero si he logrado concienciaros, aunque solo sea a una persona de las que me leéis, de que las cosas se pueden hacer de otra manera y de que no todo vale en nombre de la evolución, yo ya me doy por satisfecha.
Y si no, no pasa nada, siempre nos quedarán los drones de abejas.
¡Abrazos para todos!
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Me ha encantado Anna, la verdad es que llevas mucha razón en todo lo que dices. Creo que cada vez evolucionamos más hacia lo de antes, porque nos estamos dando cuenta de que producir a costa de lo que sea no nos está llevando a nada bueno. La cuestión es si llegaremos a tiempo…
Es un tema fundamental y me encanta que la gente publique sobre esto. Mientras siga el «progreso» tal y como lo conocemos, vamos hacia la destrucción del territorio-planeta y también hacia la autodestrucción, claro. Lo mismo ocurre con las flores que con las hortalizas, cereales, energía, ropa, construcción, urbanismo, movilidad… Tenemos que repensar el modelo, esto ya sabemos que es complicado ya que no esta exactamente en nuestras manos. Pero efectivamente como tu comentas nuestro papel como consumidores es muy importante, lo que no se consume carece de interés. Por lo tanto cada uno tiene que hacer una reflexión sobre su propio modelo de consumo.
Gracias por este post!!
P.d. Estoy nerviosa por que no salen las sweet peas!!!
Anna,
No he podido resistir escribir después de leer tu post. El tema de las abejas es mucho más importante de lo que la gente se imagina y no quiero ni imaginar lo que podría pasar si algún día llegan a extinguirse. Pero tengo que aclarar algunas cosas que dices, porque no son del todo ciertas y las personas que lean tu blog pueden creer que eso es así cuando la realidad es bastante diferente. Hoy en día parece que todo el mundo tiene derecho a opinar y hablar de cosas que no conoce, sin informarse primero.
Hace ya veinte años que me metí de lleno en el mundo de la agricultura cuando empecé la carrera de Agrícolas. Desde entonces he tenido la oportunidad de conocer bastante bien el sector, sobre todo el de la jardinería y la horticultura, en los que he estado trabajando más de quince años.
No existe una “industria floral”, las flores no se fabrican, no se crean, las flores se cultivan. No se puede cultivar cualquier flor en cualquier lugar del mundo en cualquier momento. Las flores dependen del clima, de la luz del sol, del calor, del frío, de la oscuridad, del agua. Hoy en día tenemos flores de muchos tipos durante todo el año, no porque puedan “crearse en cualquier lugar en cualquier momento”, sino porque los productores buscan zonas de cultivo distribuidas por todo el mundo para que las épocas de cultivo se solapen y puedan suministrar flores durante todo el año. En tu granja de flores ahora sólo tendrás anémonas, pero en Argentina, Brasil, Colombia, Sudáfrica, Indonesia o Australia, por nombrar sólo algunos, seguro que el campo está lleno de flores.
Es cierto que cada vez se buscan mejores sistemas de cultivo y variedades más productivas, pero no es cierto que sea a cualquier precio. Los que viven de la tierra son los primeros interesados en mantenerla, en protegerla, en mejorarla.
En los 20 años que llevo en el sector he visto cómo ha ido evolucionando. Desde el año 2000 la preocupación por el medioambiente y por cultivar de una manera más sostenible ha sido la tónica general que ha impulsado tanto la horticultura como la jardinería. Todo esto derivó en lo que se conoce como “control integrado”, que no es otra cosa que cultivar con sentido común y prestar atención a todos los aspectos que intervienen en el desarrollo de las plantas: dar a la planta lo que necesita en cada momento. Si una planta enferma o es atacada por una plaga, normalmente es porque no se encuentra en buen estado. Puede que el suelo en el que vive no sea el adecuado para ella, que tenga escasez de alimento o exceso de abonado, que le falte o le sobre agua, que el clima no sea el que le gusta, que le dé mucho el sol, que tenga demasiada sombra, que haya “superpoblación”, es decir, que haya demasiadas plantas creciendo juntas en un espacio pequeño… Por eso es muy importante saber lo que necesita cada planta para lograr que crezcan sanas y fuertes. Esto que parece muy simple, no lo es.
Dentro del control integrado también se utilizan productos fitosanitarios (se llaman así, y no pesticidas, que es una palabra copiada del inglés), pero sólo cuando el problema no puede resolverse de otra manera. El utilizar productos fitosanitarios no es malo, también se usan en agricultura ecológica y muchos productos son naturales (existen en la naturaleza, vamos). Lo que es malo es usarlos sin conocimiento y sin control. Gracias a Dios eso hoy en día no pasa, o al menos no pasa en explotaciones profesionales, en las que sólo se usan cuando es estrictamente necesario y siempre en dosis muy controladas. Además, para poder utilizar productos fitosanitarios a nivel profesional hay que tener un carnet de aplicador que se consigue tras adquirir los conocimientos necesarios.
Por otro lado, en los últimos 10 años ha ido tomando cada vez más importancia el “control biológico”, que consiste en combatir las plagas y enfermedades de las plantas con insectos, ácaros y hongos. Por ejemplo, para combatir pulgones se usan mariquitas, tal como ocurre en el campo de manera natural. Y también se potencian los enemigos naturales de las plagas. Además, no sé si sabes que en los invernaderos de tomate, se sueltan abejorros para que polinicen las flores. Esos abejorros son criados para polinizar, y el agricultor los suelta en el invernadero, no aparecen por allí de manera espontánea.
Como imaginarás, debido a esto, el empleo de productos fitosanitarios cada vez es menor, ya que esos productos no discriminan entre insectos buenos y malos. Y los productos que se usan son bastante más inocuos que hace unos años.
Te puedo asegurar que hay mucho más descontrol en los productos que se usan a nivel doméstico, como los insecticidas que se utilizan para matar moscas, que en los que se pueden utilizar en un invernadero de tomates o flor cortada. Y esos insecticidas para matar moscas también hacen daño a las abejas. Pero es mejor siempre echar la culpa a los mismos. Es más fácil criticar a las grandes empresas que pensar que nosotros estamos haciendo algo mal, como si no fuera con nosotros. Como si a los agricultores no les importaran las abejas o la naturaleza. Cuando son los que más preocupados están porque los insectos son los que polinizan sus cultivos. Y saben muy bien qué puede pasar si algún día desaparecen.
Las abejas, y con ellas muchos otros insectos, no sólo están desapareciendo por el uso de productos fitosanitarios. También desaparecen por el cambio climático, por la destrucción de su hábitat, por el abandono del campo, por la aparición de especies invasoras… Y todo esto es consecuencia de nuestro estilo de vida: lo queremos todo, barato y en este momento.
Espero que sigas teniendo tanta suerte con tu granja de flores como hasta ahora. Pero como ingeniera deberías saber que, para que las cosas funcionen, hay que hacer muchas pruebas. No basta ver cómo ha sido un año para saber que todos van a ser así. Y las plantas, al igual que el clima, son muy caprichosas. No te olvides que son seres vivos.
Y claro que las cosas se pueden cambiar, se pueden hacer mejor, y te aseguro que desde hace muchos años en el campo de la agricultura se están haciendo. Como en todos lados, habrá personas que no lo estén haciendo bien, pero el avance de la agricultura va por otro camino, mucho más sostenible y respetuoso con la naturaleza. Pero no es fácil, no sale solo, requiere mucho esfuerzo y, sobre todo, apoyo de todo el mundo.
Sólo pido un poco de respeto por todos los profesionales, que son la mayoría, técnicos y agricultores, que están haciendo las cosas bien, muy bien, y a los que no se les reconoce su esfuerzo y dedicación.
Con cariño,
Alicia
Pido disculpas si este post ha herido tus sentimientos como profesional, simplemente he dicho cosas que hace tiempo que pienso y que necesitaba sacar. En ningún momento culpo a nadie en concreto, ni a ingenieros ni a técnicos, porque la culpa es de todos. Yo soy la primera que compro flores de mercado, de procedencia que a veces desconozco, porque con mi propia producción no tengo suficiente. Así que soy culpable también.
Aclarado esto quiero aclarar también que no me invento ningún dato, sí doy mi opinión, claro que sí, para algo es mi blog, pero basada en datos reales y comprobables. De hecho cito mi fuente principal al final del post, el libro de Amy Stewart que ha sido un Best Seller según el New York Times, así que para nada hago nunca afirmaciones no comprobadas. Si te interesa el tema te recomiendo el libro encarecidamente y después me cuentas todo lo que creas que es mentira, que puede que lo sea, ojo, pero a mí desde luego me convenció.
El resto de cosas que me dices son mas que discutibles y podría estar horas contestando, pero no tengo ese tiempo así que contesto rápido.
Si, se puede hacer cualquier flor en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo. Yo no digo que se haga, digo que se puede hacer. Sería absurdo cultivar peonías en el Sahara pero se podría hacer si construimos un invernadero que reproduzca las condiciones de humedad, temperatura y las horas de luz que las peonías necesitan. Sería un despilfarro energético y de recursos pero poderse hacer se podría hacer. Es mas inteligente y barato llevarse la producción a otras zonas del mundo en las que el clima sea mas favorable. Hasta aquí de acuerdo contigo. Pero estarás conmigo en que es absurdo y antiecologico producir rosas en Colombia, con el gasto de transporte y la huella de CO2 de traer esas rosas en avión, si aquí también se podrían cultivar.
No pongo en duda los avances que me comentas y estoy segura de que visitar un invernadero en Holanda debe ser una pasada pero no es de estos productores de los que hablo en mi post, es de los que se van al tercer mundo a producir precisamente para poder utilizar pesticidas que aquí estarían prohibidos y ahorrarse de paso costes laborales. Mi monstruo de dos cabezas es ese y no la fantástica labor que seguro hacen tus colegas ingenieros que utilizan abejorros y otros insectos para polinizar y controlar plagas. Ojalá todo fuera como tu cuentas, entonces no habría escrito mi post. Y la realidad es que no hace falta irnos tan lejos porque en España todavía es legal utilizar mas de 300 tipos de insecticidas que están catalogados como peligrosos o muy peligrosos para las abejas. Lo acabo de leer en la página de Greenpeace, que no es mi opinión.
Y tampoco estoy de acuerdo en que contamina mas un particular con su matamoscas (o 20.000) que las grandes superficies de cultivo. Y te puedo poner varios ejemplos de mi campo y de otros. Por ejemplo, el mantenimiento de las carreteras lo pagamos entre todos, porque se supone que al circular con nuestros vehículos estamos desgastando infraestructuras. Sin embargo el 99% del desgaste lo produce el tráfico pesado, solo con el trafico de vehiculos particulares, las carreteras apenas necesitarían mantenimiento. Y lo mismo con las emisiones de CO2 o con el consumo de agua. El consumo humano de agua en España es solo el 12% del consumo total, el resto es proviene de la industria y la agricultura. Lo que tu puedes ahorrar cerrando el grifo mientras te lavas los dientes es algo irrisorio comparado con lo que se puede ahorrar en estos dos campos, sin embargo el miedo en el cuerpo nos lo meten a nosotros. Y claro que todo suma, pero exagerando mucho y suponiendo que todos consumiéramos la mitad de agua, eso sería un ahorro del 6%, frente al 88% que seguiría consumiendo la industria y la agricultura. Con esto no te quiero decir que te dejes el grifo abierto o que utilices matamoscas a mansalva, todo lo contrario, creo que todo suma, y por eso estoy aquí y hago lo que hago. ¿No sería genial que cuando haces tu pedido de flores a Holanda pudieras elegir si están cultivadas de manera respetuosa con el medio ambiente o no? Porque a mí ahora mismo nadie me da esa opción, ni siquiera pagando mas. A eso me refiero con mi post, pero ya te digo que esto daría para un debate de horas. Para nada pretendía menospreciar el trabajo de nadie ni mucho menos y siento que lo hayas entendido así.
Un abrazo!
Bueno, pues el post me ha encantado, por lo sencillo y bien explicado que esta y si …estamos volviendo afortunadamente hacer cosas como antiguamente, el progreso es muy bueno pero eso conlleva cosas para peor, supongo como bien dice Alicia que desde el 2000 se esta valorando mucho mas el medioambiente, luego ya he leído a grandes rasgos vuestras explicaciones demasiado extensas la verdad, pero a lo que vamos y lo que dices que pongamos todos nuestro grano de arena para que podamos disfrutar de la maravilla de las flores, con abejas, mariquitas y si no siempre nos quedaran los drones de abajas pero como que no va ser lo mismo.