Semana 7 de 13. Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente.

Buenas noches otro domingo más,

Para mí es de día, que os escribo a las 8 de la mañana, mientras arriba todos duermen. Os escribo desde el sofá pero mirando hacia fuera, siempre mirando hacia fuera. Y no os escribo desde fuera porque a esta hora aun no puedo salir sin quedarme congelada, que sino ya estaría ahí.

Nunca me había fijado en la luz a esta hora. El otoño tienen las luces más bonitas de todo el año, creo que ya os lo he dicho. Y esta mañana me he fijado en como, en un momento determinado, el sol incidía solo en uno de los árboles que hay fuera de mi jardín, haciéndolo brillar en un color amarillo dorado muy especial y dejando al resto de árboles más oscuros. Por un momento parecía que estábamos en un teatro, que las luces se apagaban y que un haz de luz iluminaba solamente al protagonista de la función, el árbol en cuestión. Así, alucinada con el espectáculo del árbol protagonista sobreiluminado empiezo este email.

Esta semana quiero reflexionar sobre el crecimiento.

El otro día cenando con unas amigas, también emprendedoras, trataban de convencerme de que debería aprovechar el «tirón» o espiral ascendente en la que parece que estamos para crecer, contratar más personal y buscar una nave o un espacio más grande para ampliar el negocio. Ofrecer más ramos en stock, enviar flores todos los días en lugar de solo martes y jueves como hacemos ahora, etc etc. 

Parece que cuando tienes una pequeña empresa tu objetivo tiene que ser ese, crecer, duplicar o triplicar facturación cada año, tener más trabajadores, mudarte a un espacio más grande, tener más stock y acabar delegando todo en terceras personas para tu poder seguir inventando o creando, o simplemente viviendo más tranquilo.

Yo trataba de explicarles que ni yo ni mi marido tenemos esa ambición para Floritismo. Precisamente decidimos emprender para poder vivir en calma, sin esa presión de tener siempre que cumplir unos objetivos, para poder hacerlo a nuestra manera.

¿Porqué deberíamos ahora liarnos de nuevo y añadir piedras a nuestras mochilas?

Si miras las noticias económicas de cualquier periódico, normalmente cuando se hacen los balances anuales de las grandes empresas, se considera un fracaso que alguna no haya crecido. Recuerdo reírme al leer que X empresa del Ibex había ganado 1.100 millones de € en el ejercicio 2020, pero que eso era un mal resultado porque el año anterior había ganado 1.500. Como si tener 1.100 millones de € de beneficio en un año fuera calderilla.

¿Nadie ha pensado si es sostenible que todas las empresas crezcan obligadamente cada año? ¿No sería suficiente con producir justo lo que se necesita? Y crecer solo cuando sea necesario crecer. 

Esa es nuestra filosofía ahora, y me alegro de coincidir con mi marido porque en Floritismo somos dos y vamos los dos a una. Quizás en unos años cambiemos de idea. Quizás una empresa no puede mantenerse pequeña porque acaba desapareciendo tragada por otras que sí se dediquen a crecer y a escalar su negocio.

Es posible que estemos equivocados, pero a veces el cuerpo te pide una cosa y tienes que escucharlo. A nosotros el cuerpo nos pide calma, disfrutar y saborear cada pequeño logro. Poder desayunar los 3 juntos por las mañanas, llevar y recoger a nuestras hijas del colegio, poder ir andando a trabajar o en bici a la granja. Poder salir a pasear o a correr por las tardes cuando las niñas están en gimnasia.

Nos hemos acostumbrado a nuestra vida de ahora y no me imagino mudándome a un polígono, teniendo la presión de tener que vender mucho más de lo que vendemos ahora solo para poder cubrir los gastos fijos, que también serían bastante más elevados que los que tenemos ahora. Habría una franja de trabajo extra cuyos beneficios irían directos a pagar los gastos fijos derivados de crecer (espacio, personal, stock,…) ¿Nos compensaría o al final estaríamos trabajando más y ganando menos? O lo que es peor, ganando más pero teniendo menos calidad de vida.

Esa es mi reflexión de hoy, y no quiero decir que sea mejor quedarse pequeño, ya te digo que quizás nos estemos equivocando. Creo que justo es lo que nos pide el cuerpo ahora mismo, quien sabe cómo nos sentiremos dentro de 5 años y dónde nos apetecerá estar. También puede ser que para entonces hayamos perdido el tren y ya no tengamos la opción de crecer.

Pero no lo sabremos hasta que lleguemos ahí. De nada sirve preocuparse ahora.

Así que, repito una frase que digo mucho, porque a mí todas las frases que lleven puentes me pirran:

«Cuando lleguemos a ese río, construiremos ese puente.»

El viernes tuve una pequeña desilusión porque fui a cortar flores y mis favoritas de este año, las American Dawn en color coral, habían desaparecido. Mi pena es que unos días antes habíamos estado cortando y justo esa planta estaba a rebosar de flores, pero parece ser que esta semana han bajado las temperaturas lo suficiente como para que todas ellas se marchitaran. Contaba con ellas para los centros del fin de semana pero por suerte tenía plan B y entre las Cafe au Lait, que aun seguían en pie, las rosas Boscobel y Pierre de Ronsard, que justo ahora están preciosas, y los tulipanes Columbus que pedí a Holanda, conseguí montar los centros, no como yo los había imaginado, pero incluso mejor.

A veces el Plan B es mejor que el A.

Este fin de semana hemos trabajado. Hacía tiempo que no lo hacíamos, y como ha sido algo excepcional y no la norma como solía ser antes del covid, hasta me ha hecho ilusión. También os digo que si fuera así cada sábado no estaría tan contenta…

El viernes nuestras flores estuvieron decorando la cena de Diosas de Charuca, no se si os acordáis que os hablé de ella en la reflexión de la semana 5. Pues casualidad que al final hemos participado en esta cena con nuestras flores.

El sábado decoramos una fiesta de 70 cumpleaños, y yo me levanté pronto para prepararlo todo y así poder pasar la mañana con las niñas. Estuve feliz entre flores, preparando mis centros y escuchando un podcast que había recomendado Cristina Oria en el que la entrevistaban. Hacia el final, cuando le piden que recomiende un libro, casi me da algo, porque recomendó, ni más ni menos, que nuestro libro. Qué ilusión cuando alguien a quien admiras habla de ti (bien).

Y para acabar con las novedades de la semana, ahora viene una gorda, que podría haber sido un problemón. Esta semana hemos estado al borde del síncope con un proveedor de rosales. Después de tener confirmación y de llamar personalmente para asegurarme de que el pedido estaba OK, nos cancelaron tres rosales. Casi me muero porque eran rosales que ya estaban vendidos en preventa, y no habíamos vendido ni uno ni dos. Nos tocaba escribir a todos los clientes para decirles que sus rosales no iban a llegar y ofrecerles una alternativa que no teníamos. Pero de repente se me ocurrió una idea de último minuto, escribí a otro proveedor que había descartado, y no solo me consiguió los rosales que me habían dejado colgados, sino que además he podido añadir algunos más a nuestra tienda, que se había quedado temblando (hay una verdadera locura con los rosales ingleses y hay escasez en toda Europa). Y sobretodo:

¡¡HEMOS PODIDO REPONER ALGUNOS HERZOGIN CHRISTIANA!!

Este rosal que se agotó en horas y por el que nos escribís a diario suspirando para que os guardemos uno si vuelven. Pues han vuelto, y están volando otra vez, así que si te quedaste sín, corre ahora a por uno, porque esta sí es la última oportunidad de conseguirlo este año.

No entendía porque tuvo tanto éxito pero rápidamente me lo habéis aclarado. Os gusta que sirve para maceta, que tiene un color super original, que sus flores tienen forma de peonía y que son super aromáticos y resistentes. Nada que añadir, que vosotros me lo habéis dicho todo.

Y siguiendo esa filosofía, sobretodo la de flores en forma de peonía, hemos añadido 3 rosales más de Kordes:

Esta semana también nos han llegado las minigranjas de flores y os las enseñaré bien por instagram, porque este año hemos añadido el cubremacetas de mimbre que os enseñé el año pasado y que tanto os gustó.

Creemos que va a ser el regalo estrella de estas Navidades, igual que lo fue el año pasado.

Ya puedes reservarlo y te lo guardamos si te preocupa quedarte sin.

Y aquí terminamos la reflexión y novedades de la semana 7. Ya solo quedan 6 semanas de otoño.

Gracias por leerme y acompañarme de nuevo esta noche de domingo.

Te deseo una feliz semana y nos vemos la semana que viene.

Un abrazo, 

P.D.: Si te has perdido mis reflexiones anteriores, te las dejo todas aquí:

 Semana 1 de 13: 13 reflexiones de otoño
– Semana 2 de 13: No todo es tan malo en otoño
– Semana 3 de 13: Leaf pepping
– Semana 4 de 13: Los estudios dicen que…
– Semana 5 de 13: Nunca estás más acompañado que cuando estás solo
– Semana 6 de 13: La mitad del otoño

 

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