Sois muchas las que me preguntáis que flores pedir para vuestros ramos de novia, sobretodo en meses fríos, que parece que no vaya a haber flores en esta época. Por eso empecé hace ya más de un año la serie «12 meses, 12 ramos», en la que os enseñaba ramos de novias reales que me enviaban floristas de toda España. Aunque esta sección la dejé parada cuando me encontré tan mal, al quedarme embarazada de Lara, he seguido trabajando en ello a ratitos.
Con todos los posts que tenía publicados y otros muchos ramos que me han enviado floristas de toda España para completar los 12 meses del año, voy a publicar un ebook. Lo tengo casi acabado desde verano, a falta de algún detalle y de terminar de maquetar, pero no me da la vida. Estoy deseando que salga a la luz porque además de fotos bonitas de ramos, habrá otras sorpresas.
Mientras tanto me gustaría enseñaros otro ramo de novia que hice a principios de diciembre. La novia es hermana de Maria Luisa, la wedding planner detrás de Bodas Entre Tules, y fue tan fácil trabajar con ellas que estoy deseando repetir en alguna boda «Entre Tules». Para hacer el ramo, Maria José (la novia) me lo puso muy fácil. Tenía las cosas muy claras. Me dijo todas las flores que le gustaban y todas las que le horrorizaban. Además me pasó unas fotos de inspiración de ramos de Pinterest que me ayudaron en cuanto a los tonos que iba a usar.
Pedir las flores por internet esta bien, pero si tengo tiempo prefiero ir al mercado, pasear por todas las paradas, e improvisar un poco. De esta manera aunque tenga una idea de ramo en la cabeza, soy flexible y la voy modificando en función de las flores que veo. Es como si vas a por frambuesas para una tarta y en la tienda ves que las moras o las fresas tienen mejor pinta. Si lo que te interesa es hacer la mejor tarta posible, puedes cambiar de fruta en favor del conjunto. Algo parecido me ocurrió con el ramo de Maria José.
Conociendo sus gustos pude adaptar la idea inicial a las mejores flores disponibles. Hubo algunos tonos que se perdieron en el camino en favor del conjunto. A veces me pasa esto. Empiezo con una idea pero al final son las flores las que me van guiando. Es como si unas se llamaran a las otras. Si no se sienten a gusto al lado de un tono concreto es como si se quejaran, y trato de acomodarlas para que siempre se sientan a gusto. Así, poco a poco y con su ayuda el ramo va tomando forma. Cuando acabo lo miro y veo que ese ramo es como es y que no podría haber sido de otra manera. En esta ocasión me consta que la novia quedó encantada. Y yo encantada de que le encantara. Así que todos contentos.
¿Cómo explicaros la sensación de tener este ramo en la mano una vez acabado? Sumad el olor dulce de la ‘flor de cera’ con la textura natural del algodón orgánico de la cinta que lo ataba. Os aseguro que es lo mas parecido a la felicidad que conozco. Eso y la sonrisa en la cara de la novia cuando lo entregué.
Os dejo las fotos del ramo y de los prendidos a juego. Ojalá también pudierais olerlo y tocarlo a través de la pantalla. Espero que os transmita un poco de esa felicidad que irradiaba.
Un abrazo,
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