Llevo casi dos años en Panamá y hace como 6 meses que escribo este blog. En todo este tiempo he hablado de flores en España, de floristas españoles y de otros floristas que me gustan de todo el mundo. Pero nunca de lo que tengo aquí cerca.
Quizás porque me he pasado casi la mitad de mi tiempo aquí embarazada o con las hormonas post-parto, y lo veía todo gris. No quería saber nada de aquí, sólo quería volver. Pero con el tiempo el gris se ha ido volviendo tecnicolor y cada día que pasa valoro mas lo que tengo y lo echaré mucho de menos cuando me vaya.
Por ejemplo ayer, bajamos Emma y yo a dar un paseo tranquilo por la Cinta Costera. Vivimos justo delante de ella y apenas la usamos. Aquí la llaman Cinta Costera, pero equivale al Paseo Marítimo de Ciudad de Panamá. Han hecho muchos parques infantiles a lo largo de ella y puedes bordear toda la ciudad, prácticamente hasta la boca del Canal, andando por este paseo. Siempre está lleno de gente corriendo, paseando perros, patinando o en bicicleta.
Algún fin de semana bajamos a pasear, siempre cuando empieza a anochecer. Pero ayer por la mañana me apetecía hacer castillos de arena con Emma, y el único parque con arena que conozco está en la Cinta Costera, como a 1 km de mi casa. Aprovechando que Emma había madrugado y estaba bastante cansada (pero no lo suficiente como para dormirse otra vez), la senté en el carrito y no puso resistencia ninguna.
El camino hasta el parque lo pasé disfrutando del paisaje, fijándome en cosas en las que nunca me fijo. Hacía un calor horrible pero por suerte llevaba mi paraguas que nos hizo las veces de sombrilla.
El skyline de la ciudad es espectacular, así que siempre que paseas por aquí se te va la vista hacia los enormes rascacielos. Pero ayer me dediqué a mirar un poco mas cerca, hacía donde nunca miro. Y encontré un montón de flores bonitas. La verdad es que las zonas verdes las tienen muy cuidadas, y la selección de plantas está muy bien hecha, así que en general es muy agradable pasear por aquí.
Una vez en el parque nos pusimos debajo del único árbol que hay a hacer castillos de arena. Pero Emma es demasiado pequeña todavía y nos llevó aproximadamente 3 minutos aburrirnos de los castillos. Por suerte en este parque tienen los columpios favoritos de Emma, así que estuvimos un rato entretenidas.
Al volver para casa el cielo se nubló y había un poco de brisa, así que me dediqué a fotografiar las flores y árboles que mas me fueron llamando la atención. Siempre con los rascacielos de fondo y con el beneplácito de Emma, que estaba tan cansada que no dijo «esta boca es mía».
Esto es lo que dio de sí un paseo improvisado a las nueve de la mañana. Me he quedado con ganas de enseñaros mas cosas bonitas de Panamá, así que seguiré paseando con los ojos bien abiertos, y seguro que encuentro muchas mas cosas que valen la pena.
Un abrazo de miércoles,
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el contraste flores es edificios es increible!!!!
me alegro que empieces a ver en color, imagino q tiene que ser dificil estar lejos pero parece que estás rodeada de un sitio precioso, aprovechalo y sigue enseñádonos!
un beso!
Muchas gracias Nita,
Todo lleva su tiempo, dicen que emigrar es un proceso algo así como pasar un duelo y encima en mi caso con el embarazo… Pero el tiempo todo lo cura y ahora estoy encantada!!
Un beso!
Anna