2017, el año que vivimos peligrosamente

Cada año que pasa tengo mas la sensación de estar implicándome demasiado con Floritismo, hasta un punto de no retorno. Lo que empezó como algo “por probar” se está convirtiendo en algo serio, en algo que cada día necesita mas de mí. Algo que ya está tan interiorizado en mí que ya no se si podría vivir sin ello. Este año ha sido un año de mucho crecimiento. Este año he visto que tampoco hace falta agobiarse demasiado por lo que hacemos o dejamos de hacer, porque al final, las cosas se ponen solas en su lugar. Hacemos lo que podemos, básicamente, el día tiene 24 horas y dan para lo que dan, cuando ya no dan para mas, tienes que dejar de trabajar.

El año ha acabado peligrosamente y de manera un poco triste, porque al volver de las vacaciones de Navidad descubrimos que nos habían entrado a robar en la nueva casa.

Empezamos 2017 pensando que sería nuestro año definitivo, el de establecernos, el de la estabilidad, el de mudarnos a la nueva casa y tener nuestra vida encarrilada. Y no ha sido así. Una vez mas, las cosas nunca salen como uno esperaba. En la nueva casa no vivimos aun y eso es la clave de toda inestabilidad. Culpa nuestra por ser demasiado perfeccionistas con los acabados, por dejar la casa de lado cada vez que ha habido una punta de trabajo, por irnos de vacaciones cada vez que hemos podido, por querer hacerlo todo ahora sin dejar nada para mas adelante.

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Quizás todo ha sido por algo, quizás no teníamos que estar viviendo ahí para que cuando el otro día nos entraron a robar no encontraran nada, para que estemos sobre aviso y no tengamos nada de valor en casa. Y sobretodo porque creíamos que estábamos protegidos y no ha sido así. Ahora ya sabemos cómo protegernos, porque ya sabemos por dónde y cómo han podido entrar. Si alguna vez vuelven no lo tendrán tan fácil.

Ha sido un año peligroso porque demasiadas veces hemos rozado la emergencia. Demasiadas.

Si he cumplido en muchos momentos el propósito que me marqué el año pasado, de tener la situación bajo control, he descubierto que se vive mucho mejor, que no es necesario vivir siempre al borde del síncope, pero no he podido evitar tener algunas situaciones de emergencia y mi objetivo para 2018 es erradicarlas para siempre.

Ha sido un año peligroso porque nos hemos arriesgado mucho, a pesar de estar en plena vorágine de la casa, encontramos el terreno perfecto para que nuestra Granja de Flores creciera y nos lanzamos sin pensarlo, y sin pensar también que mas terreno requiere mas tiempo de cuidados y que tardaremos mas en plantar y después en cuidar y cosechar todas las flores que salgan. Pero nos arriesgamos porque quedarnos quietos no va con nosotros.

2017 ha sido el año de las niñas. Con 2 y 4 añitos están ahora en un momento muy bonito. Ya no dependen todo el tiempo de nosotros, con lo que esa sensación de asfixio, de no poder ni ir al baño tranquila, ha desaparecido, dejando paso a un poco mas de calma. Emma es ya toda una niña mayor con la que puedes conversar, que razona, te pregunta por todo. Pasa largos ratos jugando y hablando sola o pintando en su mesita y siempre tiene una sonrisa en la cara.

Lara por su lado está divertidísima. Con lo pequeña que es y se aprende todas las canciones que escucha de memoria, para luego cantarlas del tirón, con su lengua de trapo. Se mueve rápida como un rayo por toda la casa y es capaz de encontrar hasta el bombón mas escondido, comérselo y hacer desaparecer las pruebas, antes de que tu hayas pestañeado. Este año he intentado pasar mas tiempo con ellas y no trabajar nunca mas tarde de las 5. No siempre lo he conseguido porque la mayoría de los novios solo pueden quedar a partir de esa hora. También he trabajado mas fines de semana de los que me habría gustado. Conciliar me sigue sonando a cuento chino.

Así que para el 2018 me pido no trabajar mas tarde de las 5 entre semana y hacer menos bodas en fin de semana. Se que puede sonar contraproducente para alguien que se dedica a las flores, pero si ellas están todo el día fuera de casa y yo cuando llegan quedo con novios o me pongo a responder emails, y encima el fin de semana trabajo también, ¿Cuándo las veo? ¿No dejé mi trabajo anterior cuando nació Emma para poder verla crecer?

A veces estoy tan sumergida en Floritismo que se me olvida porque empecé todo esto. Estos balances de final de año van bien para poner las cosas en su sitio.

Todo pasa muy deprisa y dentro de 5 años, Floritismo seguirá ahí, pero mis hijas ya no tendrán 2 y 4 años nunca mas. No quiero, ni debo, perdérmelo.

Cada año que pasa desde que empezó Floritismo, tengo mas la sensación de estar implicándome tanto que ya no queda sitio en mi cabeza para nada mas. 2018 será el año de conseguir hacer espacio para otras cosas sin que mi gran proyecto se resienta.

Gracias por estar conmigo celebrando la llegada de otro año mas.
¡Feliz año!
 


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Comentarios:

0 respuestas

  1. Me encantado tu escrito supongo que sabes que lo hace muy además lo dices de una manera muy llana para que todo el mundo te pueda entender no te vas por los cerros de Úbeda que eso le gusta a mucha gente y tú eres tan cercana que hasta en tus escritos se nota

  2. Mi nombre es Andrea Hurtado, me siento muy desesperada, y me gustaría generar ingresos extras, me podrías ayudar con algunas ideas, soy una admiradora de tu hermoso trabajo de floristería.