Semana 9 de 13. Ante la pereza, diligencia

¡Buenas noches!
 

Esta semana me da mucha pereza. Así como la semana pasada volvía de Madrid con energías renovadas y con ganas de comerme el mundo, después de una semana intensa preparando pedidos y lidiando con mil y una incidencias, ni siquiera el fin de semana de descanso me han servido para volver con ganas.

Todo es una cuestión de estadística en realidad. Cuanto más creces y más pedidos te llegan, también crecen las incidencias, los pedidos que llegan destrozados porque un mensajero ha tratado la caja como un balón de futbol, los errores al preparar un pedido y poner una dalia que no era, u olvidarte una que creías que ya habías metido en la caja. Las tijeras de acero al carbono enviadas en lugar de las tijeras vintage, o las semillas de paniculata en lugar de las de nigella. Estos errores, excepto el de los mensajeros, son debidos sobretodo al exceso de trabajo, que hace que llegado el pedido número 115 del día te sea muy fácil equivocarte.

Por suerte tenemos los clientes más comprensivos y amables del mundo y nosotros siempre lo ponemos todo de nuestra parte para solventar este tipo de fallos enviando en tiempo récord el producto correcto. Pero es agotador, física y mentalmente. 

Como os decía, es cuestión de estadística, a más pedidos, más errores, pero por otro lado tener más pedidos es necesario para poder mantenernos, así que es un pez que se muerde la cola.
 

Cuando las fuerzas empiezan a flaquear, como ahora, me acuerdo siempre de una amiga de una amiga con la que compartí una semana navegando en catamarán por Mallorca. Durante aquella semana nos dijo varias veces una frase que desde entonces Rubén y yo nos repetimos mucho cuando la ocasión lo requiere. Esta chica estudiaba una oposición para registradora, que debe ser una de las oposiciones más difíciles que existen, junto a la de notario. Las personas que estudian este tipo de oposiciones suelen hacerlo durante muchos años y tienen que adquirir unos hábitos de estudio espartanos y unas rutinas muy marcadas, por lo que su fuerza de voluntad y dureza mental es de otro planeta. La frase en cuestión es algo que a ella siempre le decía su padre desde muy pequeña. Tú quizás ya la hayas escuchado, pero yo lo hice por primera vez en ese barco. Era tan simple como:

“Ante la pereza, diligencia”.

Al escribir esta reflexión de invierno he googleado esta frase, para poder hablar con propiedad, y claro, con la iglesia hemos topado… Resulta que la diligencia es una de las 7 virtudes contrarias a los 7 pecados capitales.

Ya siento hablar tanto de religión, os pido disculpas si no os interesa, a mí tampoco es que me interese especialmente, pero estamos rodeados, y como os decía en mi anterior email, tampoco está tan mal, ojalá todos los valores positivos de la religión estuvieran más presentes en nuestras vidas.

La diligencia proviene del latín y significa “cuidar”. La diligencia es el esmero y el cuidado al ejecutar algo. Cuando entras en flow con tu trabajo y te gusta lo que haces, sueles hacerlo con diligencia. Sin embargo, cuando te sobrepasa el exceso de trabajo y el flow brilla por su ausencia, es cuando llegan los errores. Así que mi propósito de esta semana va a ser recuperar ese flow, porque la verdad es que mi trabajo sí me gusta, me encanta.

Adoro llegar por las mañanas a la tienda, imprimir los albaranes de los pedidos que han llegado desde el día anterior, preparar las tarjetas de dedicatorias de los pedidos, pedir mensajeros, preparar cajas con dalias y rosales… Todo esto escuchando música o podcasts inspiradores y haciendo fotos y videos para compartir con nuestros seguidores todo el proceso. 

Esta semana me propongo recuperar mi flow, y me voy a tener que repetir mucho esta frase porque aun estamos a domingo pero ya siento que la pereza se está apoderando de mí. Voy a necesitar grandes dosis de diligencia para contrarrestarla y sacar adelante la cantidad de pedidos que nos habéis hecho sin cometer errores. Ante la pereza, diligencia. Y ante los fallos al preparar pedidos, más concentración y flow. No queda otra.

Espero que la próxima semana os pueda contar que la hemos terminado con 0 incidencias.

Seguimos enviando dalias, dalias y más dalias. No os puedo contar muchas novedades porque en épocas de lanzamiento se nos juntan muchos pedidos y nuestra prioridad es irlos sacando todos lo más rápido posible. Esta vez creo que está funcionando todo mucho mejor que en anteriores lanzamientos porque hemos instalado un calendario en la web que va adjudicando fechas de entrega ajustadas al volumen de pedidos de cada día, así que cuando haces un pedido ya sabes cuando te va a llegar. De esta manera nos hemos ahorrado cientos de emails al día preguntando por la fecha de entrega prevista y nosotros estamos mucho más tranquilos porque no tenemos siempre la sensación de llegar tarde.

Las dalias se plantan a partir de abril, pero se venden en febrero porque la verdad es que las variedades más bonitas se agotan enseguida. Este año ya hemos agotado las Bacardí y las Berliner Kleene, que eran dos de mis favoritas. Y hay unas cuantas que ya están a punto de caer. 

El pack con la selección que hice yo para plantar en jardín, se agotó porque llevaba estas dos dalias que os comento, pero lo hemos rehecho con otras dos dalias que también creo que encajan muy bien, así que podéis volver a pedirlo. Así ha quedado después de reemplazar las dalias agotadas:

 

Y el pack de Rubén, y el resto de packs que tenéis aun disponibles son estos:

Aunque este año, con la promoción 5×4, puedes montarte el pack que más te guste y te queda al mismo precio.

Y con esto terminamos con la semana 9 de invierno.

Un abrazo y hasta la próxima semana.

¡Feliz noche!
 
 
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