Ya sabéis lo que me gustan a mí los estudios y ensayos científicos. Y si están relacionados con plantas y flores más aun. Será porque soy ingeniera, pero para mí todas las afirmaciones se deberían respaldar con datos y estadísticas para ser validadas. Me cuesta creer a las personas que hablan de intangibles.

En nuestro libro dedicamos un capítulo completo a enumerar estudios que demuestran que vivir con plantas y flores nos hace más felices. Pero desde que escribimos el libro hasta hoy, han surgido nuevos estudios muy interesantes, y justo hoy ha llegado a mis manos uno nuevo que os tengo que contar en la reflexión de hoy.

Se trata de un estudio de la Royal Horticultural Society (RHS), que se publicó en octubre de 2020. La conclusión de este estudio es que llenar tu jardín de plantas te produce el mismo bienestar que 8 sesiones de mindfulness. 
 

El estudio lo llevaron a cabo durante 4 años las Universidades de Sheffield, Westminster y Virginia. Utilizaron los jardines delanteros de las casas de una zona deprimida de Manchester para llenarlos de plantas y flores. Las 42 familias que participaron en este estudio recibieron plantas suficientes para rellenar dos jardineras grandes.

Las variedades que se suministraron para el estudio fueron:

– 1 árbol (un enebro o un Mespilus)
– 1 arbusto (azalea)
– 1 trepadora (clematís)
– Varias aromáticas (lavanda y romero)
– Bulbos de otoño (narcisos, crocus y galanthus)
– Plantas de poca altura (petunias y violas)

Los parámetros que se midieron en este estudio fueron los niveles de cortisol (la hormona del estrés) antes y después de tener plantas en el jardín, para ver si las plantas tienen algún efecto en los niveles de estrés de las personas que las plantaron, cuidaron y disfrutaron. 

Los niveles de cortisol no se miden en un momento determinado del día, sino viendo cómo varían a lo largo del día. Una persona con variaciones muy grandes de cortisol a lo largo del día, se considera saludable, y sin embargo las personas que mantienen siempre el mismo nivel de cortisol desde que se levantan hasta que se acuestan, se considera que tienen más problemas de estrés.

Antes del experimento, solo el 24% de los participantes en el estudio tenían patrones de cortisol saludables, es decir, con una gran variación durante el día. Sin embargo, al finalizar el estudio se observó que:

– El porcentaje de personas con niveles de estrés saludable había aumentado del 24% al 53%. 

– Más de la mitad (52%) de los estudiados afirmaron que su jardín delantero contribuyó a que se sintieran más felices.

– El 40% dijo que les ayudó a sentirse más relajados.

– Una cuarta parte dijo que les ayudó a sentirse más cerca de la naturaleza.

Además de que el vecindario se volvió más bonito al tener todos los jardines cuidados y verdes, y con ello aumentó su valor percibido. No es lo mismo vivir en una calle desangelada a vivir en una calle bonita y llena de verde, y lo digo con conocimiento de causa, porque vivo en una calle en la que todos los vecinos tienen los jardines delanteros cuidados y llenos de verde.

Que las plantas y flores nos hacen más felices ya lo sabía yo desde que era pequeña. En el libro os cuento como desde pequeña he visto a mi madre feliz en su huerto, en la casa de veraneo, o feliz entre los geranios del balcón en el piso en el que vivíamos. Lo supe cuando preparé mi ramo de novia y todos mis problemas se esfumaron como por arte de magia mientras deshojaba unas peonías. Lo reafirmo todos los días cuando me escriben cientos de personas para contarme lo felices que son cuando alguna se abre alguna de las flores que nos han comprado en la tienda.

Y aunque en la práctica lo puedo afirmar en primera persona y en tercera del singular y del plural, si hablo por todas las personas que me lo cuentan, siempre me gusta encontrarme con estudios que lo corroboren y lo cuantifiquen, incluso con mediciones de los niveles de cortisol en las personas. Ojalá hicieran otro estudio en el que midieran los niveles de oxitocina, que es la hormona de la felicidad. Estoy segura de que si comparáramos los niveles de oxitocina en primavera entre nuestros clientes con los niveles de un grupo random de personas, ganaríamos por goleada.

Mi reflexión de esta semana es que, si hay algo que es tan bueno para nosotros y para nuestra salud mental, como es el cultivo de flores y el cuidado de un jardín, no deberíamos menospreciar ese poder y deberíamos exprimirlo al máximo, así que esta semana, todo el mundo a plantar flores, que nuestros niveles de cortisol nos lo agradecerán la próxima primavera.