Semana 13 de 13. Adiós a una semana “horribilis”.

Hay semanas que parece que duren un suspiro y en cambio hay otras que parece que duren años. Esta última semana me parece que he envejecido 10 años de golpe y que me han pasado tantas cosas que ya no me reconozco en la persona que te escribía hace solo 7 días. Que lejos me parece ahora eso de perseguir arcoiris en la piscina o de ir a la granja con mi sobrina neoyorquina.

Esta semana ha sido tan difícil y tan intensa que me gustaría olvidarla y hacer como si nunca hubiera ocurrido, pero ha pasado, y como todas las cosas malas que nos ocurren de repente, no nos ha quedado más remedio que afrontarla y tirar para adelante. Por suerte todo ha terminando y parece que bien, pero para siempre quedarán en mi recuerdo estos días como algunos de los peores de mi vida.

Siempre hay que buscarle el lado bueno a todo. El lado bueno de esta semana “horribilis” para mí ha sido valorar mucho más la vida que tenemos en situaciones normales.

Estos días he tenido una revelación. Ha sido como cuando tienes hijos en edades difíciles, hasta los 4-5 años (por suerte yo ya no las tengo en esa franja), y todo es complicadísimo y una odisea, hasta salir a comprar el pan. Y hablas con amigos que NO tienen hijos y te dicen “es que no tengo tiempo de nada”.

¿Cómo puede ser que no tengan tiempo si no tienen hijos? Y tratas de recordar cuando tu no tenías hijos que absorbieran cada minuto de tu existencia y cuando también creías que no tenías tiempo, pero la realidad es que vivías de vacaciones permanentes. Ahora pienso en mi vida hace dos semanas, y me pasa lo mismo, me parece todo facilísimo comparado con los malabares que he tenido que hacer esta semana.

Mi revelación ha sido que no tengo derecho a quejarme porque mi vida en situaciones normales es “peaches and cream”. Y a partir de ahora lo voy a valorar mucho más.

Y otra revelación que he tenido ha sido que cuando creemos que ya no podemos más, estamos equivocados. Si hace falta, se puede.

Me ha recordado a aquella vez que Rubén y yo salimos a dar una vuelta en bicicleta por la montaña, en Burgos. Dimos una vuelta un poco larga, sin darnos cuenta rodeamos toda la Sierra de la Demanda. Rubén me iba preguntando: “¿Estás cansada? ¿Volvemos o seguimos un poco más?”. Yo como no estaba cansada le iba diciendo que siguiera y al final resulta que dimos una vuelta demasiado grande para mí. Cuando ya se suponía que estábamos llegando y llevábamos unas cuantas cuestas que supuestamente eran “la última”, me di cuenta de que mi cuerpo ya no respondía, mis piernas se habían quedado sin fuerzas para pedalear y aun no había ni rastro de la Colina Triste, que es donde habíamos dejado el coche. Rubén me seguía engatusando con eso de “venga, que es la última cuesta”, pero yo sabía que ya no podía más. En un momento dado pasamos por delante de un rebaño de ovejas y salieron a nuestro encuentro dos perros rabiosos corriendo a toda velocidad y ladrándonos. Nos saltaban a los tobillos como si no hubieran comido en 10 años. Entonces, al contrario de lo que yo creía, me puse a pedalear a toda velocidad, porque si paraba se me tiraban los perros encima. Resulta que sí que me quedaban fuerzas después de todo. Creo que nunca he pedaleado tan rápido, y eso que minutos antes estaba a punto de morir de agotamiento.

Esta semana ha sido así tal cual, como si me persiguieran los perros rabiosos pero por suerte sin perros de por medio. Y cuando ya creía que no podía más, surgía algo urgente que requería mi esfuerzo, y me salían las fuerzas que creía no tener. He sido más productiva esta semana a pesar de estar a menos 10 de salud que en ninguna otra semana del año. Pero no repetiría en la vida, y espero no volver a encontrarme en una situación así nunca más. Esta semana me sirve de prueba de que en caso de emergencia puedo con todo, pero no como para que sea la tónica habitual, porque no puedo envejecer 10 años muchas más veces… 

Con esta doble reflexión nos despedimos del otoño:

1) Valora lo que tienes cuando todo va bien porque de repente todo puede cambiar

2) Cuando creas que ya no puedes más, créeme que puedes, sobretodo si no te queda otra que poder.

Por desgracia he tenido que aprender a estas dos lecciones a las malas, pero te prometo que ya no se me olvidan en la vida.

Como os contaba, hemos podido con esta semana, que no solo ha sido dura por la cantidad de pedidos que han salido de la tienda. Mañana salen los últimos 100 rosales de la preventa que faltaban por enviar. Hemos trabajado todo el fin de semana para que sea así y poder dejarnos la semana despejada para vuestros pedidos de regalos navideños, y lo hemos conseguido.

Además se ha desconvocado la huelga de transportistas que casi nos fastidia los regalos de última hora, así que al final parece ser que todo el mundo va a tener a tiempo sus regalos. Eso sí, si aun no has reservado el tuyo, haz tu pedido antes del miércoles para asegurarte de que llegue antes del viernes, que nos gusta preparar vuestros pedidos con cariño y sin prisas, no esperes a última hora.

Esta semana hemos creado un ramo nuevo para nuestras suscriptoras, con la base del ramo de verdes navideños pero con flores. Como ha gustado tanto, lo hemos puesto a la venta, pero solo estará en la tienda un par de semanas. Si aun no tienes como decorar tu mesa de Nochebuena, ese ramo te vendrá como un guante porque lo puedes dividir en varios ramos pequeñitos.

Te dejo una selección de ideas de regalo para todos los presupuestos para que estas Navidades haya más flores (y con ellas más felicidad) que nunca en todas las casas. No sabemos como estaremos esta primavera, si podremos salir de casa (espero que sí), pero al menos que tengamos flores en nuestros jardines y balcones.

Y aquí terminamos esta reflexión y las 13 reflexiones de otoño. Ha sido un honor estar con vosotros estas 13 semanas. Gracias a escribiros estas palabras me he reconciliado con el otoño y se me ha pasado volando.

Gracias por leerme y acompañarme. La próxima semana entramos en invierno y ahí estaremos de nuevo, con la primera reflexión de otras 13 hasta que llegue la primavera.

Te deseo una feliz semana y una Feliz Navidad.

Un abrazo,

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