Vuelvo con una nueva boda, para la sección “Bodas con Twist”. Una de estilo muy diferente a la que enseñábamos en enero (la boda de Sara Birds); esta es fina, elegante y tiene toques románticos, y se celebró en Mallorca.

Aunque se trata de una boda otoñal (los novios se dieron el “sí, quiero” en octubre), en las islas parece que sea verano todo el año (o eso es lo que quiero pensar yo).

ES una boda diferente y especial por diferentes motivos. Vanessa, la novia, es de California y Pedro, el novio, de Oviedo. Se conocieron en Mallorca y durante un tiempo mantuvieron una relación a distancia hasta que el amor pudo más que el trabajo y la tierra y lo conocido, y Pedro se mudó a EUA para estar con Vanessa. Decidieron casarse en el mismo lugar donde se conocieron y a mí esto me parece increíblemente romántico.

Justamente por el origen de la novia, esta boda cuenta con tradiciones que aquí no vemos tan a menudo, como las damas de honor y los padrinos.

Eligieron hacer la ceremonia en una iglesia preciosa que no tiene techo y con el suelo cubierto de césped. este punto medio derruido de la iglesia, apoyado por la decoración floral formada por centros en copa de paniculata, un fondo boscoso, velas blancas de diferentes tamaños, y pétalos de rosa blancos, le conferían un aire decadente y romántico.

Para la celebración se trasladaron al hotel Cap Rocat, un hotel boutique con unas vistas a la bahía de Palma insuperables y un encanto mediterráneo irresistible.

Dada su internacionalización, querían que los viajes estuvieran presentes de algún modo en la boda así que hicieron invitaciones en forma de pasaporte, los menús eran aviones de papel y los meseros se sostenían sobre mapas.

La paleta de colores de la boda era la de las plumas de un pavo real, añadiendo toques mint. Esto se veía en los vestidos de las damas de honor, en los colores de los diferentes elementos decorativos, y también en las flores que ornamentaban las mesas: lisianthus, eucaliptus, hortensias y mucho verde, combinando centros altos con jarrones bajos.

Para el diseño y organización de toda la celebración contaron con Judith, de Mille Papillons, wedding planners y organizadores de eventos ubicados en Mallorca, pero que realizan su trabajo en todo el país. El resultado nos parece una boda fina, elegante y con algún toque romántico.

El ramo de la novia, muy verde y con un ligero toque de flor, tenía una caída en cascada muy difícil de ver últimamente, pero en nuestra opinión muy bonito. los ramos de las damas de honor, más redondos y sencillitos, tenían rosas blancas, paniculata y boj.

Lo más importante para ellos era que la boda fuera una gran fiesta y que todos los invitados pudieran maravillarse de la isla y de su gastronomía.

Los encargados de inmortalizar el día fueron Keisy & Rocky, una pareja de fotógrafos de Barcelona que hacen unos reportajes memorables.

De nuevo, esperamos que la boda te haya gustado y que estos posts te sirvan de inspiración a la hora de pensar y planificar la tuya 🙂